Si señores, llega hoy el estreno que estamos esperando hace años, o tal vez hace unos meses cuando nos enteramos que al fin Matt Groening lanzaria la película de LOS SIMPSONS, la serie animada de FOX que lleva 18 años ininterrumpidos de emisión. Llegan Homero y su familia para ponerle la tapa a esa cantidad de refritos, remakes e innecesarias terceras, segundas y decimoctavas partes que abruman las carteleras actuales intentando llevarle a la gente un poco de humor irónico sobre las situaciones mas cotidianas de la vida, asi como tambien sobre los temas mas importantes que preocupan a toda la sociedad.
No voy a hacer ningún tipo de comentario sobre la película en si, mírenla. Se bien que nadie quiere que le adelanten ni un poco mas de lo que vio en las promos de la television. Con esas dos escenas basta y sobra como para querer ver desesperadamente la película.
Ahora bien, este tan esperado estreno tiene diferentes significados.
Puede ser que para muchos sea solo un dibujo animado mas que solo muestra la decadencia de una familia tipo donde los valores son muy endebles y las relaciones internas del grupo son mas que confusas.
Eso es lo que piensa la mayoría de los padres que vieron crecer a sus hijos fanatizarce con esta familia a la que luego idolatraron como verdaderas estrellas.
Para los que estamos del otro lado, los que crecimos mirando Los Simpsons, esta película es una vuelta a la infancia, una muestra de que no ha pasado tanto tiempo desde que no nos perdíamos un capitulo, repetíamos los diálogos o soñabamos con poder ser parte de ese divertidisimo mundo de Springfield.
También es una muestra del paso del tiempo. Hoy cuando revemos algunos episodios, entendemos cosas, chistes o situaciones que años atrás no comprendiamos verdaderamente y solo nos reíamos porque estaban dentro del dibujo animado.
Nos damos cuenta también que si bien todos los personajes de la serie tienen caracteristicas psicológicas muy marcadas (tal vez algún psicólogo me dirá que no son características mas bien son patologías porque son enfermos) todos tenemos algo de ellos incorporados a nuestras personalidades.
Todos conocemos un Homero, ese padre que no entra en razones, impulsivo a mas no poder y a veces rozando con los estúpido.
Todos quisieramos tener por siempre algo del espíritu de Bart. Incansable, irreverente, es el niño interno que no quisieramos perder cuando seamos adultos.
También tenemos a Marge. Es la madre tipo que ama a su familia a pesar de todo y lucha por unirla en los momentos mas dificiles. Conocemos todos alguna madre que además de sus hijos cuida también a su esposo lo que a veces es mas complicado.
En el caso de Lisa no se si quisieramos ser como ella, pero muchas veces es necesario tener a alguien que utilice la razón para aclarar los problemas. Lisa representa a la persona que necesitamos para que nos baje a la tierra cuando no sabemos como encarar una dificultad. Es la voz de la conciencia. Todos somos, a veces, un poco como ella.
En fin, en todos tenemos algo y conocemos a alguien que es un personaje de Springfield. Un borracho, el político corrupto, un jefe maquiavélico, un vecino insoportable; asi que no queda mas que disfrutar de este tributo a la familia mas incoherente de la television y seguir divirtiéndonos con un humor que no tiene limites y se mete con y contra todo.
No voy a hacer ningún tipo de comentario sobre la película en si, mírenla. Se bien que nadie quiere que le adelanten ni un poco mas de lo que vio en las promos de la television. Con esas dos escenas basta y sobra como para querer ver desesperadamente la película.
Ahora bien, este tan esperado estreno tiene diferentes significados.
Puede ser que para muchos sea solo un dibujo animado mas que solo muestra la decadencia de una familia tipo donde los valores son muy endebles y las relaciones internas del grupo son mas que confusas.
Eso es lo que piensa la mayoría de los padres que vieron crecer a sus hijos fanatizarce con esta familia a la que luego idolatraron como verdaderas estrellas.
Para los que estamos del otro lado, los que crecimos mirando Los Simpsons, esta película es una vuelta a la infancia, una muestra de que no ha pasado tanto tiempo desde que no nos perdíamos un capitulo, repetíamos los diálogos o soñabamos con poder ser parte de ese divertidisimo mundo de Springfield.
También es una muestra del paso del tiempo. Hoy cuando revemos algunos episodios, entendemos cosas, chistes o situaciones que años atrás no comprendiamos verdaderamente y solo nos reíamos porque estaban dentro del dibujo animado.
Nos damos cuenta también que si bien todos los personajes de la serie tienen caracteristicas psicológicas muy marcadas (tal vez algún psicólogo me dirá que no son características mas bien son patologías porque son enfermos) todos tenemos algo de ellos incorporados a nuestras personalidades.
Todos conocemos un Homero, ese padre que no entra en razones, impulsivo a mas no poder y a veces rozando con los estúpido.
Todos quisieramos tener por siempre algo del espíritu de Bart. Incansable, irreverente, es el niño interno que no quisieramos perder cuando seamos adultos.
También tenemos a Marge. Es la madre tipo que ama a su familia a pesar de todo y lucha por unirla en los momentos mas dificiles. Conocemos todos alguna madre que además de sus hijos cuida también a su esposo lo que a veces es mas complicado.
En el caso de Lisa no se si quisieramos ser como ella, pero muchas veces es necesario tener a alguien que utilice la razón para aclarar los problemas. Lisa representa a la persona que necesitamos para que nos baje a la tierra cuando no sabemos como encarar una dificultad. Es la voz de la conciencia. Todos somos, a veces, un poco como ella.
En fin, en todos tenemos algo y conocemos a alguien que es un personaje de Springfield. Un borracho, el político corrupto, un jefe maquiavélico, un vecino insoportable; asi que no queda mas que disfrutar de este tributo a la familia mas incoherente de la television y seguir divirtiéndonos con un humor que no tiene limites y se mete con y contra todo.
